viernes, 6 de diciembre de 2019

Terravienta o las fuerzas naturales de Christian Rafael




TERRAVIENTA nos da la bienvenida con estos versos, parte de una primera subdivisión dedicada a la percepción del temprano  amor maternal y la influencia de éste sobre las tentaciones adultas, el dolor y el asombro amoroso: 


Vi
Ahora

(Párpados
en línea alborada a flora descanso
todo es ahora).
Sin temor
ahora es seguro y mañana no importa
...ahora eres tú y mañana no importa
sobre fe y calma... danzas

ahora

Si bien HOJAS Y RAMAS, primera publicación de Christian Rafael, ya nos mostraba el universo de un escritor dado a mirar dentro de sí mismo por encima de cualquier otra consideración, TERRAVIENTA continúa con el enfoque haciendo uso de herramientas antes desconocidas. Es el mismo soldado con una armadura mucho más compleja, tanto en lo mecánico como en lo estético. Ahora, el lenguaje simbólico y abundante en claves personales nos entrega un poemario igualmente fresco, aunque más sólido.



El primer libro suele nacer de la urgencia, mientras que el segundo llega desprovisto de apuros, necesidades incontenibles y frutos que son deliciosos dentro de su cáscara aún verde. (Ahora incluso la cáscara luce en su punto exacto de cosecha). Es lo que hemos observado siempre, y hoy somos testigos de cómo se repite la historia, una a la que nos encontramos condenados a repetir por más que la hayamos analizado de forma exhaustiva.

Así, el poemario nos va despidendo de su primera parte con versos como:

Lazos de gelidés
obertura placer de mortalidad
entregado sobre la noche hondonada.
Tal vez necesite fenecer para sentirte
al penetrar en el esplendor de mi ser.
Al perdurar tu esencia sinuosa
en cada segundo de mi piel.

(La noche del placer sin final)

Y se van cortando de esta forma las declaraciones de amor y dolor, mientras que en otros poemas, los juegos con que Christian Rafael mueve el lenguaje nos conducen a una pausa en el espejo de los propios amores y recuerdos, que suelen confundirse en nuestras memorias con el maquillaje que los años le otorgan para amoldarlo todo a nuestro capricho: no vivimos lo que sucedió, sino únicamente lo que sentimos.

Cabalística onírica
aparta tu piel de la miel de cincel.

Luces como las luces
y me desluces por donde cruces
los arcabuces,
me abduces en mi febril más débil.
           
Empapada alada
revierte mi cal en el abisal sin final.

Yaces entre secuaces
y te renaces en llantos fugaces
sin disfraces por si te alcances
en tu abril menos vil.

El segundo volumen del poemario nos introduce en el universo del amor como forma de renacer. Es sútil en sus palabras, mas no en las emociones que logra en nosotros al materializar ambiciones poéticas como la siguiente:

Paso a paso,
entre lombardos, iremos callados,
fluctuantes en amebas
... somos al delirio onírico.

Sacro en mis manos,
mueves y vives la mejor en DO
sostenido mi mayor movimiento.

            Quienes hemos recurrido en algún momento de nuestras vidas a referentes tan diversos como Eguren, Vallejo y Neruda, reafirmamos aquí cuán universales son los delirios poéticos. Atemporal, musical y siempre resistiéndose a mirarnos a los ojos directamente, el poemario culmina entregándose a los campos de endorfinas donde caemos los humanos al ser arrastrados por una sirena o acaso por el hastío que el dolor emocional produce.



            TERRAVIENTA pasa a ser, entonces, un ejercicio de autoexploración para el autor, mientras lleva a los lectores a reconocernos en él, a recordar vivencias únicas y a segregar los químicos felices propios de un refugio. Como en toda forma de arte, sucede que a la poesía acuden distintos tipos de persona y por una rica variedad de motivos. Quienes viven en ininterrumpida búsqueda de alivio, convirtiendo cada imagen, por más dolorosa que ésta pueda ser, en un fruto dulce de los deseos, hallarán aquí un testimonio digno de atesorar.

Terravienta o las fuerzas naturales de Christian Rafael

TERRAVIENTA nos da la bienvenida con estos versos, parte de una primera subdivisión dedicada a la percepción del temprano   amor mat...