viernes, 12 de julio de 2019

La poesía de Karina Medina

Cinco mujeres cantando, por Odd Nerdrum.
La poesía de Karina Medina es fácilmente reconocible por el perfume de mujer con que nos encierra. Si tuviésemos el olfato de Jean-Baptiste Grenouille -mutación que sí es posible desarrollar, al menos con los autores, mediante la lectura constante- dentro de este envolvente olor identificaríamos también el sudor, la sangre y las lágrimas, además de líquidos tan ajenos al cuerpo como lo son el perfume mismo, la sal marina, la carne cocinándose, la noche húmeda de nuestra capital, aquí donde se pierden las historias entre las ansias de escape, el romance y la intrascendencia. Cuando se vuelve citadina, leer a Medina puede ser también una de las pocas formas que existen de respirar el aire de Lima sin enfermarse.

¿Qué siente una mujer? ¿será verdad que la percepción de sus sentidos se parece muy poco a la de los hombres? Nunca lo sabré. Lo que sí puedo notar es que antiguas pero persistentes musas, tales como la mujer heroína, mujer ángel o santa guerrera se derriban aquí con la dulzura de quien entiende el feminismo como un derecho inalienable, una necesidad de gritar y una bella forma de adoración de la propia feminidad que no excluye por un segundo el amor hacia los hombres. Así, incluso en los versos de ira y dolor, la admiración por el sexo opuesto -su belleza, su encanto, su sola presencia- recubre las páginas y les da ese particular sonido a carta de amor que no solo producen los instrumentos amorosos.

De esta forma, el cello, el piano y la armónica son dulces aunque nos canten obituarios. En su libro Pavo Real (PBC Ediciones, 2018), nos encontramos con abrazos de bienvenida a este universo generalmente desconocido para quienes nos hallamos acostumbrados a la poesía masculina. "Si realmente quieres conocer a alguien, agárrate a golpes con él y observa como pelea" es algo que alguna vez oí, léi o tal vez soñé. "Para conocer a una persona, fíjate en qué clase de porno mira", me aconsejó una vez cierta amiga obsesionada con los temas de género. "Si quieres saber quién es quién, lee la poesía que escribe", parece ser el mandamiento a voces de los devotos lectores peruanos. Yo lo creo falso, ya que no concibo la literatura como una forma de desnudarse, al menos no al extremo de mostrar la verdadera cara de un ser humano en particular. Lo que sí nos muestra es al humano en sí, tal como nos puede ilustrar -solo si prestamos mucha atención- sobre mundos humanos tan ajenos al nuestro como podrían ser aquellos de los niños, los ancianos, los hombres, las mujeres, los neurotípicos, los neurodiversos, los heterosexuales y los LGBTs. Sí, todos los seres humanos somos fundamentalmente distintos, no importa cuántas veces se pretenda decir lo contrario. Pavo Real, si se toma como testimonio femenino, contribuye a esta propuesta y la deja tan clara que incluso quienes colocamos el estilo y el sonido por encima del mensaje terminamos aprendiendo un par de cosas, nos guste o no.


Karina Medina.

SOLOS
quiero seguir navegando en tu pecho
mirando el devenir en las velas
que el viento toma por cadera

aunque los muertos yacen en alta mar
42 vivos miran nuestro largo beso frente al cadáver de mi vientre
frente al funeral de la humanidad

mis dedos egoístas aprietan tu espalda
que suele cargar clavículas historias
omóplatos jorobas
pero cuando sobre ella cae mi caricia
se doma al caballo y el ocaso revienta

no sé
si la bestia que mora debajo del bote
decidirá salir por mí por nosotros por ellos por todos
a la larga por nadie
ya estamos muy solos
tejiendo espermas con la mano en la ingle
y la oscurana sincera

casualmente es de noche hace lunas
el sol fue tan solo una ilusión prematura
propia de la inmadurez de este amor
que se ha regocijado tan pronto
entre mis blancas piernas
imperturbable
no planeo alterar tu orden
quiero lanzarme contigo
océano piélago olas de mar
cuando todos duerman
cuando todos mueran
ponto sal inmensidad

Hombre y mujer, por Svetlana Bagdasaryan.


BUENOS AIRES
En Buenos Aires se quedó mi órgano red
Pisado roto destruido
caminé por Caminito
con la boca abierta en Boca
dejando mi lengua en cada feria
soltando trozos de mi vida
como quien lanza palomitas a las aves
En Buenos Aires vi un prop de un concierto de los Guns and Roses
que tocaban tres días después
del día en que yo volvería a Córdoba
y me llené de empanadas con choclo y soda
para calmar mi desesperación
En Buenos Aires se quedó mi chico
nunca más lo olí
los transeúntes tan hologramas
tan sin aroma
unas chicas me invitaron su tereré
vení nena tomá esto
sentate aquí no hay wacha
En Buenos Aires no respiré
vi a un hermano fumar
afuera del olimpo
un niño en su triciclo me atropelló en Barracas
ahora ya es un anciano
En Buenos Aires miré a Diego
beber a cada rato vino
se me hacía agua a la boca
porque a diario tenía más vida eterna
y yo morí
A Buenos Aires no fui a bailar con Gardel
fui a darle duro al zapato
para dejar de comer tres papas diarias
y no despertar sobre el colchón
con los sapos encima
bebí el mate con té de burro
y si me hostigaba le echaba café
En Buenos Aires se quedó mi falda tres cuartos
con la que andaba día y noche
todas las tardes en la terminal
copiándome los versos de Sabina
que se venían a la mente
mientras mordía pan criollo en cámara lenta
En Buenos Aires no recordaba a Pizarnik
si no me hubiera comprado todas sus antologías
pero terminé comprando muchos libros
de la segunda guerra mundial
y una señora me dijo negra
En Buenos Aires no da miedo el monstruo
este es tan hermoso como siete Limas
pero ahí las mujeres
no te miran de pie s a cabezas
en los baños públicos de los supermercados
el señor del kiosko pensaba que yo era porteña
yo le acaricié el hombro
soy peruana señor
pero nunca he ido al Cusco
En Buenos Aires amé me reproduje y perdí
Ayuné por Gianina
Para que ya no fumara marihuana
Me peleé con Paulina
Porque no quiso visitar al Che con nosotros
Y La Poderosa nos impactó en Altagracia
Y ella se lo perdió
En Buenos Aires corrí en el Lorca
Porque extrañaba Perú
pero ahora que estoy aquí
Quiero volver a ver al monstruo.

Terravienta o las fuerzas naturales de Christian Rafael

TERRAVIENTA nos da la bienvenida con estos versos, parte de una primera subdivisión dedicada a la percepción del temprano   amor mat...